El
almuerzo de los remeros 1881 (Renoir).
Renoir retrata
una tarde estival perfecta; el almuerzo toca a su fin, ya que todavía quedan
sobre la mesa los postres y el vino. La imagen proyecta un ambiente totalmente
relajado donde parecen charlan tranquilamente. El tipo de charla, por la
posición de los personajes podrían ser de cotilleos, bromas, y algún que otro
flirteo. El cuadro emana una alegría de vivir, es como una foto captada en un
momento de disfrute y placer de la vida, con un hermoso paisaje y una abundante
comida y unos remeros, que por aquel entonces estaban de moda en Paris. Las
mujeres se ven hermosas y bien vestidas y parecen pertenecer a la burguesía.
Parece ser verano.
Naturaleza
muerta de la mesa de dibujo 1889 (Van Gogh).
Alimento, bebida,
libro y vela así como la pipa y el tabaco retrata más bien la personalidad del
pintor, yo lo veo más un autorretrato que un bodegón, el bodegón es como una
expresión de la personalidad del autor; el libro Annuaire de la Sante y la
carta (quizá dirigida a él) humaniza el bodegón. Lo entiendo y miro como el
rincón preferido del autor, los bodegones suelen ser un tributo a la vida, pero
yo intuyo en esta obra algo más espiritual, es como una narración costumbrista
del pintor fielmente reproducida por sus pinceles.
El
discóbolo de Mirón siglo V
Parece
representar el esfuerzo por excelencia del atleta. Al observar detenidamente
esta escultura, lo comparo con el culto al cuerpo que actualmente tienen los
jóvenes que frecuentan los gimnasios, y su “fiebre” por marcar todos los
músculos de su cuerpo. Se puede apreciar la sensación de movimiento, a pesar de
ser una escultura, y la activación de los musculos que intervienen en la acción
que desarrolla; además se ve la técnica que demuestra el atleta al realizar el
lanzamiento y la armonía de su cuerpo.
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